Desafío global: La crisis de los desechos plásticos en los océanos

Imagínate por un momento alejarte del ajetreo de la vida cotidiana y encontrarte frente al vasto océano. Permítete sumergirte en esa experiencia: el sonido rítmico de las olas rompiendo en la costa, la brisa salada acariciando tu piel y el aroma fresco y revitalizante del mar. Es un momento de paz y asombro, un instante para conectarte con la inmensidad y la belleza de la naturaleza.

Seguro puedes imaginar este escenario porque tú mismo lo has experimentado. Pero, ¿sabías que a esta visión idílica le podría quedar muy poco tiempo? En efecto, nuestros océanos enfrentan una amenaza sin precedentes que pone en peligro su integridad y su belleza. A pesar de su aparente vastedad e inmutable majestuosidad, están siendo asaltados por una fuerza invisible pero devastadora: el plástico. Las proyecciones alarmantes de la ONU advierten que, si no tomamos medidas urgentes, para el año 2050 habrá más plástico que peces en nuestros océanos.

¿Realidad o ficción?

Desafío global

En un mundo donde la innovación y la tecnología avanzan a pasos agigantados, la pregunta sobre el futuro de nuestra conexión con la naturaleza se vuelve más relevante que nunca. Recientemente, hemos sido testigos de una explosión en las redes sociales con la llegada de las «Apple Vision Pro», los lentes de realidad aumentada de Apple. Estos dispositivos no solo representan una nueva era en la tecnología de realidad aumentada, sino que también nos plantean preguntas profundas sobre el futuro de nuestra relación con el mundo tal y como lo conocemos.

Queda claro que aquí no termina la creación de productos tecnológicos revolucionarios, y es evidente que todo esto irá a más. ¿Un nuevo no-mar de posibilidades se abre ante nosotros? Estos dispositivos permiten al usuario sumergirse en una experiencia tridimensional que bloquea los sentidos para ofrecer una experiencia más allá de lo real. Nos preguntamos: ¿En un par de décadas, será esta la única forma de experimentar la belleza del océano en un mundo cada vez más afectado por la contaminación y el cambio climático? 

Una realidad alarmante

Cada año, más de 8 millones de toneladas de plástico ingresan a nuestros océanos, desencadenando estragos en la vida marina y degradando los delicados ecosistemas marinos. Desde tortugas atrapadas en redes de pesca abandonadas hasta aves con estómagos llenos de desechos plásticos, la devastación es evidente y desgarradora. En la actualidad, los océanos albergan más de 150 millones de toneladas de plástico, con aproximadamente el 36% de todo el plástico producido utilizado en envases de un solo uso. Es crucial comprender que la mayoría de estos envases terminan en vertederos o como desechos no regulados, perpetuando el ciclo de contaminación y degradación ambiental.

Los microplásticos en la industria cosmética

Los microplásticos, pequeñas partículas de plástico que miden menos de cinco milímetros de diámetro, se encuentran en diversas fuentes, entre las que destaca la industria cosmética. Sorprendentemente, el 70% de los desechos generados por la industria de la belleza provienen de los envases, lo que equivale a más de 2 billones de unidades de envases cada año a nivel mundial. Sin embargo, apenas el 14% de estos envases se reciclan, una tasa alarmantemente baja en un contexto donde la eficiencia del reciclaje del plástico ronda apenas el 5%.

Esta preocupante situación cobra aún más relevancia al considerar que muchos productos de cuidado personal, como exfoliantes faciales, jabones y cremas, incorporan microplásticos como ingredientes. Estas diminutas partículas, de tamaño similar al de un grano de arena, presentan un desafío significativo para los sistemas de tratamiento de aguas residuales, ya que son extremadamente difíciles de filtrar. Como consecuencia, terminan contaminando nuestros océanos, donde son ingeridos por organismos marinos y pueden ingresar en la cadena alimentaria, representando una amenaza para la vida marina y, en última instancia, para la salud humana.

Ahora, enfoquémonos en el impacto específico de los microplásticos en los protectores solares. Estos productos son esenciales para proteger nuestra piel de los dañinos rayos UV, pero lamentablemente, muchos protectores solares convencionales contienen microplásticos en forma de filtros solares químicos. Cuando nos sumergimos en el mar con protector solar, estos microplásticos pueden desprenderse de nuestra piel y terminar en el agua, contribuyendo aún más a la creciente contaminación plástica de nuestros océanos.

Según The Plastic Soup Foundation, una organización dedicada a combatir la contaminación plástica en los océanos, el 72% de los protectores solares comerciales contienen microplásticos. Estas partículas son añadidas deliberadamente en los productos con el propósito de unir y estabilizar los ingredientes, formar una fina capa sobre la piel, proporcionar propiedades impermeables y, en algunos casos, como una alternativa económica a ingredientes más costosos. Sin embargo, la consecuencia directa de esta práctica es la exacerbación del problema de los microplásticos en nuestros océanos, una realidad preocupante que requiere una acción inmediata y efectiva.

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Una información crucial para tomar acción: Sol de Ibiza

Es innegable que la tecnología está abriendo un nuevo mundo de posibilidades, pero también plantea desafíos y dilemas éticos. ¿Estamos dispuestos a aceptar una realidad en la que nuestra conexión con la naturaleza se limite a través de dispositivos tecnológicos? ¿O debemos buscar formas de proteger y preservar nuestros océanos para que las generaciones futuras puedan experimentar su belleza de manera auténtica y tangible?

En este contexto, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué podemos hacer ahora para proteger y preservar nuestros océanos en lugar de alienarnos aún más de ellos?

En medio de esta tormenta de desafíos, nacen alternativas como Sol de Ibiza, una marca comprometida con la elección de ingredientes y prácticas respetuosas con el medio ambiente que minimiza los impactos negativos en los ecosistemas acuáticos.

Su compromiso con la sostenibilidad se refleja en todas las áreas de su negocio:

  • Residuo cero: Comprometidos con la eliminación de plásticos y la reducción de residuos en sus procesos de producción y diseño de envases. Incluso, para su distribución utiliza cajas de cartón certificadas por FSC y cintas de embalaje de papel. 
  • Envases sostenibles: Utiliza latas de metal reciclabes y reutilizables, sticks de cartón 100% degradables y biocompostables, y botellas de vidrio con tapón de aluminio.
  • Certificación orgánica: Sus productos son minerales y orgánicos certificados, ofreciendo una alternativa saludable y respetuosa con el medio ambiente para el cuidado de la piel.

Únete a la Misión: proteger nuestros océanos, invertir en el futuro

Sol de Ibiza ha abierto una ronda de financiación participativa a través de Bolsa Social para conseguir un mínimo de 350.000 € que les permita impulsar su expansión internacional y fortalecer su posición en el mercado. Será su cuarta ronda, después de tres pequeñas financiaciones en las que ha captado un total de 450.000€. Los fondos se destinarán principalmente al desarrollo de nuevos productos, a reforzar su reconocimiento de marca y al lanzamiento de la firma en Estados Unidos a través de Amazon US. En sus previsiones se incluye también la exportación a países como República Dominicana, Uruguay o Dubái, con los que ya están en negociaciones.

Con su innovación constante, enfoque sostenible y posición en el mercado, la marca se presenta como una oportunidad única para inversores que buscan apoyar proyectos éticos y rentables, y esta ronda de financiación se perfila como un paso estratégico para alcanzar nuevos hitos en su trayectoria de éxito.

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