Entrevistamos a Patricia Pólvora, fundadora de la marca de tés gourmet
Teterum es una empresa muy personal, pero en el mejor de los sentidos: es una compañía de tés en la que las personas (clientes, consumidores, trabajadores) son clave. Son tan o más importantes como el producto en sí. Para entender por qué, hay que conocer a la primera de todas las personas que se puso detrás de Teterum, Patricia Pólvora, la fundadora y CEO.
Patricia tiene formación en Administración de Empresas en Suecia (BA en Business Administration), un máster de GESCO en ESIC y una experiencia laboral de 13 años en la multinacional Ericsson. Domina cinco idiomas (sueco, inglés, catalán, castellano e francés), lo que le proporciona un fácil manejo el ámbito internacional así como en el ámbito del té, tras sus estudios de dicho tema.
Estas semanas, Teterum se encuentra en una campaña de equity crowdfunding a través de la Bolsa Social, con la que busca 150.000 euros para seguir creciendo, en un sector que ofrece un terreno muy goloso para el negocio on line, y aumentar así su impacto social positivo: los packs de tés que fabrican son preparados por personas con discapacidad, colaborando así en su empleabilidad, a través de convenios con fundaciones.
—¿En qué momento de tu vida te encontrabas cuando se te ocurrió montar Teterum?
—Estaba trabajando en la multinacional Ericsson, en concreto, en márketing y comunicación. Al mismo tiempo, participaba en una ONG que Ericsson ofrecía para los empleados. Enviábamos equipamiento, como dispositivos móviles, a países que hubieran sufrido algún tipo de catástrofe. Lo que descubrí es que lo que esperaban los empleados de aquella iniciativa quedaba muy lejos de lo que realmente se pretendía hacer. Era una buena iniciativa de responsabilidad social corporativa, algo bonito, pero yo quería algo más cercano. Se me ocurrió una idea en la que un producto de consumo se acercara a lo que era el beneficiario final.
—¿Pero por qué discapacidad?
Vi que en España había poca gente empleada con discapacidad y yo quería hacer algo para cambiarlo. Y ni siquiera sabía con qué producto podría ayudar a solucionar ese problema, pero quería hacerlo.
—Lo que quiere decir que te planteaste antes el problema social que el negocio con el que querías solucionarlo. ¿Al señalar «en España» te refieres a que en otros países este problema es distinto?
—Al menos en mi experiencia, en lo que yo he visto en otros países, esto es distinto. Yo vengo de Suecia. Allí las personas con discapacidad están mucho más metidas en el ámbito laboral. Los sitios de trabajo están físicamente adaptados, los puestos, los horarios… Aquí no lo veía tan claro. Sí, es cierto que existe una cuota, pero yo me preguntaba dónde estaba toda esa gente que se supone que está protegida por las cuotas. Descubrí que muchos están en centros laborales y muchos otros están en centros ocupacionales, donde les ocupan. Y así nació Teterum.
—¿Y por qué té?
—Porque es un producto que produce muchas sensaciones distintas, con mucha variedad de colores, aromas y sabores. Es un producto con diversidad. También porque es más saludable y, sobre todo, porque representa una gran oportunidad de negocio.
—En España no parecemos muy de té.
—Cierto. En Suecia se ve mucho té. Es un acto social muy extendido. Cuando llegas a casa de alguien en Suecia, lo primero que te preguntan es si quieres un té. Algo parecido sucede en Uruguay (también vengo de allí), donde lo primero que te ofrecen, cuando te reciben, es un mate. Sin embargo, creo que eso en España falta, aunque se supone que ese papel de bebida social lo cumple el café, es una actividad rápida. Cuando dos personas se toman un café lo toman en un momento y ya está.
—¿Qué te aporta financiarte a través de la Bolsa Social, frente a otras fuentes?
—Bueno. Hay bancos, que están muy bien. Hay financiación propia, también. De hecho, yo me autofinanciado para comenzar esta empresa. Luego hay otros inversores, pero lo que tiene la Bolsa Social (y siempre lo digo) es que te abre el acceso a más gente y Teterum es un producto muy de la gente. Por la forma de la campaña y de cómo apoyas al proyecto, creo que era la mejor opción. Además, por el target al que se dedica, de gente con inquietudes sociales, que ya saben a qué van, facilita mucho llegar a tus potenciales inversores. No tienes que explicar desde el principio todo.
—¿Para qué quieres el éxito de tu campaña de equity crowdfunding?
-Creo que si Teterum consigue el objetivo, se transformará en un role model, en un ejemplo, de cómo empresas que tienen ideas con un pie en los social y otro en los beneficios pueden conseguir un impacto local. Los emprendedores sociales no somos muchos todavía, al menos en relación con todas la pymes que existen. Hay empresas que tienen ideas muy chulas, pero que no se han planteado cómo hacerlo. Y creo que hay que demostrarles que sí pueden.
—Pero para eso necesitarás crecer. ¿Cómo piensas hacerlo? ¿Quedan sitios en Internet para vender té?
—Creemos que el mercado de Internet no está comido para el té. No hay marcas de té fuertes en Internet ni off line tampoco. Es un hueco en el que, con pocos recursos financieros, se puede conseguir una gran cuota. Pero Internet no funciona solo, necesita de un apoyo en el mundo off line y por eso es igual de importante, conseguir visibilidad. Si no lo hacemos nosotros lo harán los franceses o los alemanes, que controlan muy bien la tecnología y tienen más tradición de té. Por lo que hemos estado viendo nosotros, para ganar Internet lo que necesitamos es más SEO (optimización para Google). La gente busca el té relacionado con temas de salud: té saludable, té verde… Y sin embargo todavía no hay muchas páginas dando contenidos. Nosotros queremos estar ahí, porque da la sensación de que España está como a gritos buscando conocimiento en torno a estos temas.