Como lleva haciendo de forma bienal desde su fundación en el año 2009, Spainsif acaba de publicar su estudio de 2018 sobre la Inversión Sostenible y Responsable (ISR) en España. En él, la asociación dedicada a promover la inversión sostenible ha tratado de reunir datos de los últimos años, y aunarlos todos ellos con el fin de dar una imagen global de la evolución de este tipo de inversión en nuestro país hasta 2017.
Las conclusiones son ciertamente positivas. En lo que respecta a la inversión de impacto, a pesar de ser un tipo de estrategia joven y por ello de cifras aún pequeñas, sigue aumentando año tras año, alcanzando la cifra de 311 millones de euros en 2017.
En primer lugar, vamos a comentar el estudio en general, para después ver un poco más de cerca lo que respecta a nuestro sector, la inversión de impacto.
El estudio
La metodología llevada a cabo en el estudio ha tenido en cuenta tres factores que influyen de manera significativa en la inversión sostenible: por un lado, incluye un análisis de cómo las distintas entidades están implementando las estrategias ISR en sus políticas (gestión de activos); por otro, analiza el crecimiento de los productos financieros y planes de pensiones nacionales y extranjeros comercializados en España, que cuentan también con estrategias ISR; y por último, compara los índices bursátiles sostenibles con los índices de referencia a escala nacional y europea (gestión pasiva).
La gestión de activos con estrategias ISR
Para el análisis de las estrategias sostenibles llevadas a cabo por las entidades, se han tenido en cuenta los activos gestionados profesionalmente que cumplen con los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG). Los datos hablan por sí solos: entre 2015 y 2017, los activos bajo gestión ASG aumentaron un 10%, alcanzando los 185.614 millones de euros.
Pero, ¿cómo sabemos si un activo cumple con estos criterios? Mediante las llamadas estrategias de inversión sostenibles: la exclusión, el screening en base a norma, el best-in-class, la integración ASG, el Engagement y Voting, las inversiones temáticas y las inversiones de impacto.
- La exclusión
Como su nombre indica, esta estrategia se basa en excluir de la cartera de inversión a aquellas empresas cuya actividad es contraria a la definida en las políticas de inversión. Las más comunes suelen ser armamento, tabaco, pornografía, la explotación infantil o la energía nuclear.
La exclusión es la forma más sencilla de implementar los criterios ASG para las entidades y es también la más utilizada, ocupando un 36% del total de activos con criterios ASG.
- Screening en base a norma
Esta estrategia surge como una evolución a la exclusión: en este caso, no es la propia entidad la encargada de decidir qué empresas incluye o excluye en su cartera; sino que lo han de decidir en base a una normativa externa, generalmente internacional.
Las normas más comunes en este sentido son el Pacto Mundial de Naciones Unidas, las directrices de la OECD para las multinacionales, las normas de la OIT o los principios generales sobre las empresas y los derechos humanos.
Esta estrategia ocupa un 15% del total de activos ASG.
- Best-in-class
La estrategia Best-in-class da la vuelta al enfoque de la exclusión y del screening, fijándose en qué empresas incluye la entidad en su cartera y no en cuáles excluye. Es decir, la entidad elige las empresas de su cartera en base al desempeño ASG de cada una de ellas.
Esta estrategia es más costosa para la entidad, ya que ha de decidir los criterios a valorar y cómo van a medirlos, además de tener que jerarquizarlos. Sin embargo, este esfuerzo extra demuestra un gran compromiso con la sostenibilidad por parte de las entidades. Tan sólo un 2% de los activos totales ASG se llevan a cabo mediante esta estrategia.
- Integración ASG
El siguiente escalón a la estrategia Best-in-class sería la integración ASG. Este sistema se basa en incluir un análisis de los criterios ASG en el análisis que lleva a cabo la entidad a la hora de decidir sus inversiones.
Esta estrategia es la segunda mas utilizada tras la exclusión, con un 25% del total de los activos ASG.
- Engagement y Voting
El engagement se refiere al diálogo activo o negociación que se lleva a cabo antes de ejercer los derechos accionariales o desinvertir a raíz de la no aplicación de los criterios ASG; es decir, abrir una línea de comunicación entre el inversor y la empresa para corregir posibles diferencias en cuanto a los criterios ASG.
El voting, por su parte, se refiere a la capacidad de los accionistas de votar en las Juntas y de decidir en base a su propio juicio sobre el cumplimiento de las ASG por parte de las empresas.
Figura 1
- Inversiones temáticas
Esta estrategia es normalmente tomada por fondos de inversión de renta variable, y se basa en elegir una serie de valores propios de inversión, siempre dentro de los criterios ASG.
De este modo, existen fondos de inversión que únicamente invierten en empresas con ciertos criterios: fondos para invertir en bonos verdes, fondos que sólo invierten en actividades relacionadas con la reducción de emisiones, fondos que únicamente se fijan en las empresas dedicadas a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, etc.
Un detalle importante es que para que las inversiones temáticas sean consideradas sostenibles, han de cumplir con los tres ámbitos del enfoque ASG: Ambientales, sociales y de buen gobierno.
- Inversiones de Impacto
Es la estrategia más reciente, y adopta un enfoque de impacto, a diferencia de las vistas anteriormente. En este caso, la estrategia busca obtener un rendimiento financiero y a la vez producir un impacto social y/o ambiental positivo. Este impacto ha de ser medible y cuantificable.
Inversión colectiva ASG
En cuanto a la inversión colectiva ASG, que incluye fondos de inversión y planes de pensiones que implementan en sus políticas de inversión criterios ambientales, sociales y/o de gobierno, nacionales y extranjeros y comercializados en España, siguen aumentando todos ellos año tras año.
Después de un periodo entre 2009 y 2011 estable y sin grandes cambios, a partir de 2012 comenzó una subida ininterrumpida, llegando en 2017 a máximos de casi 600 millones de euros, doblando su valor en tan sólo 5 años.
La gestión pasiva en la ISR
Por último, el estudio analiza la gestión pasiva en las inversiones sostenibles y responsables, una estrategia que se basa en la gestión de los criterios ASG a partir de índices bursátiles sostenibles.
En este sentido, se hace una comparación entre los índices sostenibles, como el FTSE4GOOD IBEX en España o el Dow Jones Sustainability Europe en Europa; con sus respectivos índices bursátiles de referencia, como lo son el IBEX 35 y el Euro Stoxx 50. Los resultados tras el análisis son muy positivos: en ambos casos se observa un comportamiento superior de los índices de sostenibilidad sobre los de referencia.
La inversión de impacto: aún joven, pero en constante crecimiento
Profundizando en lo que respecta a la estrategia de la inversión de impacto, el estudio también reúne datos muy significativos, mostrando las cifras totales respecto a otras estrategias ISR y una división de los tipos de activos gestionados. En este sentido, el mercado aún es pequeño, pero sigue mostrando signos de mejora año tras año.
Como se puede observar en la anterior Figura 1, las cifras de la inversión de impacto siguen aumentando, con un incremento del 16% respecto al año 2015, con un valor de 311 millones de euros en 2017.
Figura 2
Dentro de esta estrategia, el estudio también analiza la inversión de impacto diseccionándola en los activos más comunes. En este sentido, en la Figura 2 se puede ver que los bonos verdes y sociales ocupan alrededor de un 50% de las inversiones.
Este interesante estudio no hace más que corroborar el continuo auge de la responsabilidad social dentro de las instituciones financieras, que poco a poco van afianzándose en su intención de lograr retornos no sólo a nivel económico, sino también siendo fieles a la sostenibilidad del planeta. Habrá que permanecer atentos a la evolución en los próximos años, aunque parece que hay motivos para ser optimistas: son buenos tiempos para la inversión sostenible.
Accede al estudio completo aquí. Estudio SpainSIF 2018: ISR