Evitar el Impact Washing | Bolsa Social

La inversión sostenible ya es trending topic. Con BlackRock a la cabeza, ya vemos cómo los grandes fondos y gestoras empiezan a ofrecer productos de inversión verde a sus clientes, muchos de ellos por primera vez en su historia.

Parte de la “culpa” la tiene la Comisión Europea, con el Plan de Acción de 2018 que marcó el inicio de la regulación de las finanzas sostenibles, y los consiguientes Reglamento Europeo de divulgación de la información relativa a la sostenibilidad de 2021, y el Reglamento de Taxonomía europea de 2022. Un marco legal que nace con el objetivo de promover las inversiones sostenibles en Europa y avanzar así hacia el cumplimiento de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Sin embargo, toda esta regulación exige una serie de normativas medioambientales a actores que nunca han tenido nada que ver con el sector del impacto. Y esto conlleva varios retos, entre ellos, el conocido como impact – washing.

Pero ¿qué es esto del impact – washing y cómo ha llegado hasta el sector financiero?

Del greenwashing al impact-washing

El nacimiento del término greenwashing se fecha en los años 80, cuando el ecologista Jay Westerveld describió de este modo el anuncio de un hotel en una isla privada del Pacífico en la que realizaba labores de investigación. El tablón animaba a los huéspedes a reutilizar sus toallas con el eslogan “Salva el planeta”. Un llamamiento ciertamente paradójico, viniendo de un complejo hotelero en expansión en una diminuta isla-resort del archipiélago de las Fiyi.

A partir de entonces, esta palabra se ha utilizado para describir las prácticas de algunas organizaciones, que hacen creer que son sostenibles sin serlo realmente, como una jugada de marketing para lavar su imagen y vender más. Y esto mismo puede ocurrir en el sector financiero. Es lo que se ha bautizado como impact-washing, es decir, atribuirse una imagen falsa o exagerada de inversores de impacto social y medioambiental, ya sea con el fin de cumplir con la regulación, atraer más clientes o mejorar su imagen de cara al público.

De hecho, en la última encuesta del GIIN el impact-washing resultó el más votado entre los retos de la inversión de impacto de los próximos 5 años.

Impact washing
Fuente: GIIN Global Survey 2020

¿Podemos acabar con el impact washing?

Hay que tener en cuenta que, a veces, algunos de los inversores que se autodefinen de impacto no conocen su significado o lo confunden. Por ejemplo, es habitual que algunos se definan como inversores de impacto cuando lo que realizan son inversiones socialmente responsables (ISR) o con criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). En estos casos la solución debe venir por una mayor divulgación desde el sector y las instituciones que aclare desde la experiencia qué significa exactamente realizar inversiones de impacto social y medioambiental, y qué diferencias hay entre los distintos tipos de inversión.

Invertir en impacto significa invertir con el fin de obtener tanto una rentabilidad justa para el inversor y un impacto social o medioambiental intencionado, medido y sostenible en el tiempo. A diferencia de la Inversión Socialmente Responsable, la inversión de impacto va un paso más allá e introduce el impacto como un factor determinante a la hora de invertir, al mismo nivel que la rentabilidad o el riesgo.

Por tanto, el sector del impacto es, por su propia naturaleza, de nicho. Lo sabemos bien en el La Bolsa Social: únicamente facilitamos la financiación de proyectos que se dirijan a solucionar un reto social o medioambiental. Un ejemplo es AUARA, empresa de agua mineral con la misión de facilitar el acceso a agua de las personas que más lo necesitan (recientemente adquirida por Hijos de Rivera). O Nostoc Biotech, que trabaja por una agricultura sin químicos y no dañina para el medioambiente. Todos ellos son proyectos que además de buscar la rentabilidad, tienen como misión principal crear un impacto social y medioambiental positivo con su actividad.

auara
AUARA es una empresa social con la misión de facilitar el acceso a agua potable a las personas que más lo necesitan.

Dicho esto, el verdadero problema viene cuando el impact-washing es deliberado. En este caso, debemos ser muy críticos y abordar el problema cuanto antes, ya que está en juego la integridad de la inversión de impacto y todo el sector del impacto puede resultar afectado. Si los grandes actores se definen “de impacto”, al mismo tiempo que invierten en empresas que están financiando guerras o destruyendo el medioambiente, el sector perderá toda su credibilidad. Y la credibilidad es uno de los puntos más importantes a la hora de convencer a un mayor número de personas del enorme potencial de este tipo de inversión.

Estas son algunas posibles soluciones para acabar con el impact-washing en el futuro:

  • Transparencia y rigor en la medición del impacto: A falta de un estándar global sobre la medición y gestión del impacto, desde el sector debemos ser muy claros en nuestras estrategias de inversión y los resultados de impacto de las compañías. Esto ayudará a detectar más fácilmente qué actores realmente están realizando inversión de impacto y cuáles no.
  • Colaboración y divulgación: Los actores del sector del impacto debemos unirnos y alzar la voz para educar e informar. A través de publicaciones, charlas, eventos, artículos… se genera conocimiento para que cada vez más personas conozcan los distintos conceptos, no confundan la inversión ASG y la inversión de impacto, y no caigan en la trampa del impact washing. Desde la Bolsa Social participamos en foros como SpainNab y Ascri con este objetivo.

Por supuesto, aún quedan retos por superar en el sector de la inversión de impacto. Pero estamos en el buen camino. Como todo movimiento en sus fases iniciales, es necesario seguir divulgando y definir claramente los conceptos para que no existan confusiones ni organizaciones que se aprovechen de la situación. Y como actores del sector, nuestra labor debe partir por liderar y proponer soluciones que terminen de una vez con estas prácticas. La integridad de la inversión de impacto está en juego.

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