Cuando las energías renovables eran una quimera futurística, en 1986, la banca ética Triodos ya estaba allí asumiendo el riesgo de invertir en un sector que iba a ser necesario para el futuro del planeta. Así es el ADN de esta entidad financiera que tiene muy claro, como explica su director en España, Mikel García-Prieto, que la sostenibilidad no es una careta sino una forma de entender el negocio.
Lo cuenta en esta entrevista de Diario Responsable, en la que señala algunos de los hitos más importantes del banco, así como algunas de las señas de identidad de Triodos, como organización de referencia en el campo de las finanzas éticas.
—En el 2016 el grupo Triodos creció su número de clientes un 7,4%, con un total 652.000. ¿Tiene algún techo la banca ética?
—Es un reflejo de lo que la sociedad puede estar buscando en el sistema financiero y en la banca. Creo que el techo será el de la exigencia que se ponga la sociedad en transformar el sistema financiero en uno más socialmente responsable. Techo no, está todo por hacer.
—Más del 30% de todos los clientes del grupo son españoles. ¿Consideran que los españoles están bastante concienciados con este tipo de banca?
—La sociedad española como la europea ha aprendido mucho en los últimos años sobre cuál es el nivel de exigencia en todos los aspectos de la vida, y especialmente con los bancos. Sí que creo que hay una reflexión sobre qué tipo de banco se quiere, quién quiero que sea mi banco y qué espero de mi institución financiera. La aceptación de la sociedad española sobre la propuesta de Triodos ha sido excepcional desde su implantación aquí en España en 2004. Hay ganas de tener alternativas.
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