Una de las herramientas esenciales del equity crowdfunding es el vídeo de campaña. Es uno de los primeros ganchos que deben utilizar los emprendedores para llamar la atención de una comunidad de inversores y hacer que se interesen por ellos. Es poco probable que un vídeo baste para que una persona se decida a invertir en una empresa, pero ya se sabe: la primera impresión deja huella.
Por eso, hay que fijarse en si el elemento emocional guarda un buen equilibrio con el elemento racional. Seguramente, en un vídeo corto (más de dos minutos en Internet son una eternidad) no quepan todos los elementos de un pitch normal. Por eso, no hay que tener miedo a usar algún elemento llamativo, acorde con la personalidad de la empresa.
No hay unas reglas inamovibles para crear esta pieza, pero sí sabemos que hay algunas cosas que sí funcionan. Lo primero es tener claro que el vídeo de campaña debe dejar muy claro en qué consiste el negocio de la empresa que se financia. Debe enseñar el producto o servicio, explicado para todos los públicos. En pocos segundos se tiene que entender cuál es el modelo de negocio, cómo se consigue el dinero y —en el caso de la Bolsa Social— cómo se genera el impacto social o medioambiental.
Caras, caras y más caras
Explicar las cosas de forma clara es importante, pero quién lo explica es también crucial. Una campaña de equity crowdfunding debe generar confianza y eso precisa de personas, comenzando por el equipo. De hecho, la mayoría de vídeos suelen estar relatados por sus promotores. De todas formas, eso no debería ser obstáculo para que más miembros del equipo aparezcan en las imágenes. Al contrario, los equipos cohesionados son una buena baza para las empresas que buscan financiación.
No acaba ahí la cosa: un negocio no son solo con sus trabajadores. Clientes, aliados y prescriptores forman parte inseparable del éxito de una compañía. Su aparición en el vídeo da aún más puntos extras.
Importante: es un vídeo para captar inversores
No hay que olvidar que el objetivo de este vídeo es conseguir que los inversores descubran una buena oportunidad de inversión a través del equity crowdfunding. No conviene confundirlo, por tanto, con un anuncio dirigido a los clientes o una mera presentación corporativa. Hay que sugerir cómo se pretende generar una rentabilidad en el futuro.
En algunos casos convendrá mostrar alguna cifra de la buena evolución del negocio (ventas, usuarios, cuota de mercado…) o alguna proyección que muestre que puede esperar el inversor en el futuro. Eso sí, pocos números: nada de gráficas complicadas ni tablas con decenas de filas… Y con pocos números queremos decir uno-cada-vez.
Pero pasemos de las palabras a los hechos. Os dejamos con algunos ejemplos de vídeos bien llevados.
WhatsCine
Comenzamos con WhatsCine, que se financió exitosamente en la Bolsa Social. Contiene testimonios de autoridad y muestra de una forma palpable en qué consiste el producto.
Idler Academy
Idler Academy es una editorial británica que obtuvo 125.000 € para su plataforma de cursos online. Su peculiaridad es que solo enseñan saberes eminentemente NO prácticos, pero enriquecedores. A través de su vídeo, supieron transmitir su personalidad desde el segundo uno.
WeSwap
Una de las rondas de crowdequity más grandes de 2016 en Europa (y el Reino Unido todavía lo es) fue la de WeSwap. Es una fintech de pagos en el extranjero, podrían haberlo llenado todo de números. Y sin embargo…
https://www.youtube.com/watch?v=u-9Xw9sgFQg
U2Guide
No todo van a ser británicos. Nuestros amigos de 1001pact canalizaron 200.000 euros para esta plataforma de turismo con impacto social positivo. Hay que decir que, por el sector, lo tenían fácil, pero el elemento emocional de su vídeo está chapeau.
Filmdoo
Una plataforma de recomendación de cine para empoderar al ciudadano y permitir que pequeñas producciones puedan romper las barreras impuestas por la gran industria. Explican muy bien el producto y la oportunidad (el problema).