La inversión de impacto social, es decir, invertir en empresas y proyectos buscando producir un impacto positivo en la sociedad y obtener rentabilidad, es un sector que se fortalece y madura: tiende hacia la colaboración, experimenta una mayor exigencia financiera por parte de sus inversores y, además, el volumen global invertido aumenta a un nivel considerable. Son las tres principales conclusiones de la mayor organización de capital filantrópico e inversión de impacto social de Europa, la EVPA (European Venture Philanthropy Association, a la que pertenece la Bolsa Social).
A principios de noviembre, la EVPA nos invitó a participar en su Conferencia Anual de París para hablar sobre la financiación participativa (equity crowdfunding) de impacto social. Compartimos experiencias y conocimientos con otras organizaciones y fondos de impacto social europeos, durante dos días muy intensos y tuvimos ocasión de tomar el pulso a un sector vibrante y prometedor, donde se une el rigor financiero con la pasión por cambiar las cosas a mejor.
En París la EVPA presentó su informe anual sobre la actividad de inversión de impacto en Europa. Para este estudio, la EVPA ha sondeado 108 organizaciones de inversión de impacto social y capital filantrópico. En la publicación se estima que el volumen de inversión de estas entidades ha aumentado nada menos que un 30% sus inversiones respecto a 2013.
Así es la organización media de inversión de impacto
Según el informe, las organizaciones que hacemos inversión de impacto social en Europa recibimos muy variadas propuestas de empresas que necesitan inversión, pero no todas terminan en una operación de financiación. En promedio, cada una de las encuestadas examinó 86 organizaciones y realizó la due dilligence a 17 de ellas, de las que solo 9 fueron seleccionadas para inversión.
En el caso de la Bolsa Social, en 2016 estudiamos cerca de 200 propuestas de proyectos, de los cuales examinamos 21 en nuestro Comité de Selección, llevamos a cabo la due diligence de 6 de ellos con Gómez Acebo y Pombo y finalmente los inversores de la Bolsa Social financiaron 3 empresas, por valor de 800.000 €.
¿Cuáles son los ámbitos de impacto social que más nos preocupan a los inversores de impacto social encuestados? La EVPA ha detectado cinco sectores principales, por volumen de inversión. El sector principal es el desarrollo económico y social, seguido por la inclusión financiera, educación, medio ambiente y salud.
Pero las organizaciones que nos dedicamos a la inversión de impacto social ofrecemos algo más que capital. La EVPA señala que aportamos otros tipos de apoyo para a las iniciativas, que potencian la implicación de los financiadores en el impacto buscado. Algunos ejemplos son las ayudas en la elaboración de estrategias o de gestión financiera, la colaboración en la captación de fondos o de elaboración de la teoría del cambio.
Coinversión: una tendencia positiva
Una de las ideas más destacables del estudio de la EVPA es el crecimiento de la coinversión dentro de la financiación de impacto social. Es decir, estas organizaciones reparten riesgo entrando en operaciones junto con otros inversores y fondos de impacto social. Es una demostración de que esta clase de inversiones está adoptando prácticas ya habituales en el resto de sectores del mundo de la inversión.
El 63% ya ha ha invertido junto con otros fondos, el 19% quiere poder hacerlo en el futuro, si bien el 18% todavía se resiste a esta estrategia de financiación.
Esta es una tendencia muy positiva. La coinversión está en el alma de la Bolsa Social, ya que, como plataforma de financiación participativa, autorizada y supervisada por la CNMV (la primera en España), facilitamos que los inversores coinviertan en empresas con impacto social de una manera ágil, transparente y sencilla, democratizando la inversión de impacto social.
Otra tendencia reseñable es la superación de las expectativas de los inversores, tanto en el aspecto financiero como en el aspecto del impacto social. Al preguntarse por los intereses y de estas organizaciones, el informe de la EVPA destaca que la mayoría pone por delante el retorno social a la rentabilidad económica, pero que ambas ofrecen un mejor rendimiento del esperado.
En definitiva, nos hallamos ante un sector con crecimiento de dos cifras, buen síntoma del afianzamiento del emprendimiento con valores y la inversión de impacto social. Esta buena evolución de las oportunidades de inversión ofrece más posibilidades para la diversificación y la coinversión.
La mayor colaboración entre diferentes entidades y fondos hace del ecosistema de la inversión de impacto social un mundo más cooperativo, fuerte y eficiente. Desde luego, los datos del informe de la EVPA son muy prometedores y nos animan a seguir trabajando desde la Bolsa Social para apoyar el desarrollo de empresas con impacto social positivo y la cultura de la inversión de impacto social como instrumentos de transformación positiva de nuestra sociedad.