No necesitas llamarlo impacto social para producir uno

Este artículo ha sido traducido desde Unreasonable.is y es obra de Ross Baird, director ejecutivo de Village Capital, un fondo de inversión en emprendimiento social.

Encuentra un problema, inicia un negocio que lo aborde y transfórmalo en un modelo en el que alguien esté dispuesto a pagarte por el valor que creas

La inversión de impacto se define demasiado a menudo a través de los resultados. Las organizaciones suelen medir qué han aportado, las horas de consultoría que han realizado, la cantidad de dinero que se ha invertido o las empresas a las que se ha prestado un servicio determinado. Medir es una tarea complicada y todos caemos alguna vez en este tipo de comportamiento.

Pero en vez de situar el punto de partida en el resultado, los auténticos innovadores comienzan planteándose cuál es el problema que hay que resolver. En lugar de ofrecer «acceso a la educación de los pobres», los innovadores analizan los cientos de miles de escuelas privadas baratas que prestan servicio a personas con ingresos bajos en los mercados emergentes.

Los padres, incluso aquellos que viven por debajo del umbral de pobreza, pueden permitirse estos colegios.  Por tanto, el problema no reside en el dinero. El problema es que no tienen ni idea de cuál es el resultado que ofrecen estos centros, por lo que les preocupa estar enviando a sus hijos a un colegio de mala calidad. Las familias que viven en la pobreza llegan a gastar un 30% de su presupuesto en educación.

Es entonces, cuando los innovadores se preguntan: «¿Cómo podemos proporcionar información sobre la calidad de la educación de estos colegios a los padres, de modo que se ajuste a ese 30% de su presupuesto y que, al mismo tiempo, se adapte a sus necesidades?»

Mucha de la gente que trabaja en impacto social no está segura de cuál es el problema que están tratando de resolver y confunden desempeñar un gran volumen de actividad dentro del emprendimiento social con producir un impacto real dentro del sector al que se dirigen. Sin embargo, este mensaje se escucha pocas veces.

Nosotros nos hemos topado con esta interpretación errónea cuando hemos salido a captar empresas para Village Capital. Buscamos las mejores compañías para que pasen a formar parte de nuestro programa. Sin embargo, es habitual que, al buscar personas que se describen a sí mismas como empresarios, demos con empresas que no están trabajando dentro de los estándares empresariales normalmente admitidos. Por eso, hemos comenzado a reclutar «empresarios que estén abordando … (rellenar los puntos con un problema concreto para un grupo determinado)». En respuesta, estamos recibiendo a muchos emprendedores que nunca han oído hablar del emprendimiento social.

Todos haríamos bien si entendiéramos que muchos de los grandes éxitos empresariales no se han llevado a cabo en el ámbito de la inversión de impacto, aunque probablemente hayan tenido mayor impacto que cualquiera de las inversiones de impacto realizadas hasta la fecha.

Encuentra un problema, inicia un negocio que lo aborde (no es necesario que lo solucione) y transfórmalo en un modelo en el que alguien esté dispuesto a pagarte por el valor que estás creando.  Veamos algunos ejemplos:

  • Sorenson Communications: Prestan servicios de comunicación en Estados Unidos para que las personas con deficiencias auditivas se comuniquen. Aportan un enorme valor y experimentan un gran éxito financiero.
  • Etsy: Es una empresa social que facilita el acceso al mercado a los pequeños artistas y particulares que producen volúmenes demasiado pequeños como para entrar en los circuitos de distribución mayoritarios. Han recibido 40 millones de dólares del capital riesgo y ya han facturado unos 1.000 millones de dólares con las ventas. No tienen necesidad de ser conocidos como una «empresa social».
  • Tesla: No es necesario recordar cuál es el problema que se han planteado resolver, aunque sí que aprovechamos para contar que la primera financiación de Tesla procedió de la fundación MacArthur.

¿Cómo conseguimos que haya más gente solucionando problemas? Invierte en una infraestructura de calidad, en lugar de realizar encuestas generalistas, orientadas a las acciones que se están llevando a cabo y en las que se pregunta por qué la gente no está realizando más inversión de impacto. Identifica áreas problemáticas específicas y un segmento de la población concreto, al que afecta ese problema. Nos gusta lo que está haciendo ACCIÓN Venture Lab en África Oriental y Pearson Affordable Learning Fund en India, buscando multiplicadores específicos por vía de la inclusión financiera, donde los emprendedores pueden suponer una diferencia.

En lugar de en invertir en proporcionar una asistencia técnica dirigida a los esfuerzos del emprendedor, que suponga un apoyo difuso y horas de consultoría a los emprendedores, invierte en resultados reales: información financiera pro forma, estudios de de mercado, validación de cliente (o anulación de las hipótesis de negocio), servicios de recursos humanos….

Los inversores de impacto deben estar dispuestos a invertir en infraestructuras, así como en negocios con riesgo, en los que quizá no desearían entrar si estuvieran buscando otra clase de incentivos. La inversión de impacto se ha descrito como una «nueva clase de activo».

Sin embargo, si pretendemos tomar los problemas como el punto de partida, necesitamos identificar claramente los fallos del sistema que impiden que esta clase de recurso tenga éxito. Estos obstáculos se materializan de varias maneras: mercados ineficaces para las startups; desmotivación de inversores y emprendedores causada por la forma en la que hablamos de la inversión de impacto; o la asignación equivocada de recursos económicos, lo que favorece la aversión al riesgo en un sector que exige estructuras tolerantes al riesgo para crecer lo suficiente.

Entonces, ¿qué tenemos que hacer?

Si eres un empresario y encuentras a alguien con capital, averigua qué es lo que quiere hacer y ayúdale a resolver sus problemas. Si alguien quiere invertir en empresas que contribuyan a luchar contra el cáncer, averigua en dónde se ha quedado atascado. ¿Es por la falta de una oferta de calidad? ¿Le está obstaculizando la identificación de los problemas? ¿Está el problema en las políticas públicas y la legislación sobre inversiones en servicios de salud? No intentes convencerlo para que te compre la solución; averigua cómo puedes resolver sus problemas.

Debes admitir que otros sistemas que ahora consideramos normales y establecidos necesitaron de pioneros en su día. A veces contemplamos un sistema y pensamos: «Esto es demasiado difícil, no hay salida». Se olvida —o no se conoce— que Silicon Valley fue construido a lo largo de décadas de financiación publica y mediante subvenciones. Mucha gente tuvo que perder dinero en negocios que solo existían sobre el papel. Si asistes a un evento con el único propósito de ganar dinero, sin aceptar riesgos, no es un sitio para ti. Sigue intentándolo en el IBEX35.

Si eres un inversor, date cuenta de que tienes que invertir en a) infraestructura y b) calidad. No asumas que una persona esta haciendo un buen trabajo solo porque han obtenido premios o porque tienen mucha prensa (y juzgar a todos con el mismo estándar). Averigua qué es lo que han hecho desde un punto de partida enfocado en la resolución de un problema y no simplemente en los recursos que están empleando. Esto es un corolario del apartado anterior: invierte en buenas oportunidades de negocios y en personas con hipótesis elaboradas y falsables sobre cómo construir empresas.

Pero, atención: «capital paciente» no debería significar «capital infinito». Estamos invirtiendo, no subvencionando. Las verdaderas soluciones reales a los grandes problemas sociales generarán grandes negocios si se ejecutan bien, con la infraestructura adecuada.

 

 

 

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