Por Jose Moncada
Queridos amigos,
Muy pronto publicaremos en la Bolsa Social las tres primeras empresas abiertas a la inversión participativa. Es un momento bonito e ilusionante para los profesionales que estamos detrás de la Bolsa Social. Por eso quiero ser muy claro sobre un tema muy importante.
En la Bolsa Social buscamos inversores conscientes, pero conscientes en un doble sentido. Primero, inversores conscientes porque deciden invertir aplicando criterios éticos, es decir, buscan rentabilidad apostando por empresas que mejoran la sociedad y cuidan del medioambiente. Y segundo, inversores conscientes porque entienden lo que implica invertir en el capital de empresas jóvenes y son capaces de asumir los riesgos que este tipo de inversión implica.
Uno de los valores de la Bolsa Social es la transparencia. Por eso hoy queremos hablaros a las claras, sin subterfugios ni edulcorantes, de los riesgos que implica invertir en las empresas de la Bolsa Social, y daros algunas recomendaciones. La inversión en las empresas que publicamos en la Bolsa Social tiene un potencial muy alto: algunas de estas empresas crecerán mucho y darán mucha rentabilidad… pero otras fracasarán, o tan sólo lograran mantenerse. La idea es que las inversiones exitosas compensen las pérdidas que provocan las empresas que no consiguen tener éxito. En este tema, preferimos pasarnos de claros y podéis llamarnos brutos…
Nosotros elegimos con mucho cuidado las empresas que publicamos en la Bolsa Social. Filtramos las propuestas que nos llegan, nuestros expertos las analizan en profundidad con la ayuda de Analistas Financieros Internacionales (AFI) y encargamos una due diligence legal a Gómez Acebo y Pombo. Además, estamos sometidos a la Ley 5/2015 de fomento de la financiación empresarial y supervisados por la CNMV…
Y a pesar de esto, es muy importante que entiendas que invertir en los proyectos de la Bolsa Social conlleva los siguientes riesgos y limitaciones:
- Primero: puedes perder toda tu inversión. ¿Por qué? Porque cuando inviertes en una empresa de la Bolsa Social te unes a su aventura empresarial como socio. Esto significa que compartes con los emprendedores los beneficios, naturalmente, pero ojo: también los riesgos. Tu inversión no está garantizada: si a la empresa le va bien y crece, el valor de tu participación aumentará. Pero si a la empresa le va mal, puede que pierdas todo o parte de lo que invertiste. Así de simple.
- Segundo: no esperes dividendos inmediatos. Las empresas que buscan ampliación de capital en la Bolsa Social se encuentran en la batalla por conseguir beneficios y lo más probable (y recomendable) es que, cuando los consigan, durante los primeros años reinviertan ese dinero en la propia empresa, para fortalecerla y seguir creciendo.
- Tercero: no inviertas para especular. Esto no es el IBEX, ni las participaciones de las empresas de la Bolsa Social se negocian en el Forex… Adquieres participaciones de sociedades limitadas jóvenes, que son muy poco líquidas. Es decir, no podrás desinvertir cuando tú quieras, porque no es sencillo encontrar un comprador para tus participaciones cuando quieras recuperar tu inversión. En la Bolsa Social buscamos capital paciente y comprometido con los proyectos para el largo plazo. En definitiva, buscamos inversores que quieran crecer con las empresas.
- Cuarto: tu influencia en la empresa será limitada. Invertir en cualquiera de los proyectos que impulsa la Bolsa Social te permitirá disfrutar del siempre apasionante proceso de formar parte de una empresa con valores y conocer su evolución. Pero también debes saber que tu grado de influencia en las decisiones que se adopten en la empresa será limitado. Debes saber que, para gestionar de manera eficiente la aparición de numerosos socios nuevos, los inversores de la Bolsa Social sindican sus derechos políticos en el inversor de referencia, que es el inversor que más haya aportado en la ronda de inversión. Esto significa que este inversor representará al resto de inversores de la Bolsa Social en la Junta General de Socios y votará por ellos. El inversor de referencia actuará en su interés y en el del resto de los inversores, y tiene derecho a nombrar a un miembro del consejo de administración de la empresa.
- Quinto: la Bolsa Social está supervisada por la CNMV, pero no los proyectos que publica. Una de las novedades de la Ley 5/2015 de Fomento de la Financiación Empresarial es que obliga a las plataformas de equity crowdfunding, como la Bolsa Social, a estar autorizadas por la CNMV. Esto es positivo porque establece un marco jurídico claro, eleva las exigencias de calidad de la Bolsa Social y somete a la Bolsa Social a la supervisión de la CNMV. Pero ojo: ni la CNMV ni el Banco de España supervisan los proyectos que publicamos en la Bolsa Social. La información que publicamos procede de los propios proyectos y ellos son los responsables de la misma.
Por todo ello, permíteme unas recomendaciones:
- Invierte sólo el dinero que te puedas permitir perder. Si la empresa crece y vienen los beneficios, maravilloso; pero si vienen mal dadas, de este modo estás prevenido para el peor de los escenarios.
- No inviertas todo tu dinero sólo en una empresa. Distribuye entre varias empresas de la Bolsa Social el capital que pensabas invertir. Unas irán bien y otras irán mal. No pongas todos los huevos en la misma cesta.
- Infórmate bien. En la Bolsa Social hacemos un gran esfuerzo por darte toda la información con la mayor claridad posible. Pon de tu parte: lee bien la información que ofrecen las empresas y las condiciones del acuerdo de inversión. Si no entiendes algo, pregunta a un experto. En finanzas no hay preguntas tontas: lo tonto es no preguntar.
La Bolsa Social se dispone a impulsar proyectos de distintas áreas de actividad productiva, pero siempre comprometidas con la mejora de la sociedad o el medioambiente. Empresas que diseñan nuevos productos agrícolas menos lesivos con el entorno, más baratos y eficaces; compañías dedicadas a promover nuevas formas de organización laboral que empoderan a los jóvenes y fomentan el emprendimiento en proyectos culturales y sociales; sociedades que diseñan herramientas para que los enfermos tengan mayor asistencia y un control de sus dolencias, ahorrando costes a las arcas públicas. Educación, sanidad, medioambiente, innovación, integración social, energía verde, economía colaborativa, nuevas tecnologías aplicadas a la mejora de la calidad de vida… en la Bolsa Social creemos en las inversiones con alma, que dan valor al dinero y contribuyen a mejorar la sociedad. Pero nada más lejos de nuestra intención que pecar de ilusos: estas inversiones conllevan riesgos y queremos que el inversor de la Bolsa Social sea consciente y pueda asumirlos.
La aventura de ser partícipe de empresas con impacto social positivo es sin duda estimulante, pero ten en cuenta que estas empresas necesitan un capital paciente y comprometido y que la rentabilidad, si llega, llegará en el largo plazo.
Llámame bruto, pero en la Bolsa Social preferimos las cosas claras, el chocolate espeso y que los buenos amigos nos duren por mucho tiempo en esta aventura.