Ya hemos hecho referencia en anteriores post al fenómeno del crowdfunding y su crecimiento en estos últimos años. Pero queda por analizar una cuestión fundamental: ¿Por qué está de moda?
Las cifras de captación de fondos a través del crowdfunding, así como los proyectos e iniciativas que demandan esta fórmula, son cada vez más numerosos. La creciente necesidad de financiación de las empresas, el desarrollo tecnológico y la búsqueda de una mayor diversificación por parte de los inversores son considerados como algunos de los principales argumentos del impulso. Sin embargo, las verdaderas razones del llamado “fenómeno crowdfunding” van más allá. Se trata de un fenómeno social en el cual todo usuario que entra a formar parte percibe una serie de valores diferenciales. Veamos los principales.
La generación de una “comunidad” en torno al proyecto en que se invierte es una de las claves más importantes. Los inversores que participan con sus aportaciones se convierten en embajadores del proyecto, pueden dar ideas, proporcionar contactos y nuevas oportunidades y tienen interés por dar a conocer el proyecto en el que han confiado. El crowdfunding consigue que el inversor sienta cercanía con los creadores de la iniciativa. La creación de una comunidad es un tema clave y, quizá, el principal valor añadido del crowdfunding. Por eso, en La Bolsa Social hemos creado un foro para cada proyecto con el fin de generar un feedback entre emprendedores e inversores.
Otra de las principales razones que da sentido a la atracción del crowdfunding es que se percibe como un apoyo importante al impulso emprendedor y, sobre todo, a la llegada de lo nuevo. No sólo en lo que respecta a la innovación, sino al hecho de encontrar nuevas fórmulas que aportan algo novedoso y útil a la sociedad. En el caso de la Bolsa Social, se trata de impulsar empresas con buen modelo de negocio que quieren producir un impacto social y medioambiental positivo, es decir, que apuestan por mejorar aspectos concretos de la vida en común y se preocupan por el medio ambiente a través de la producción de bienes y servicios de una manera innovadora y financieramente sostenible.
El hecho de poder acceder a un amplio catálogo de proyectos y seleccionar aquellos en los que se considere que merece la pena invertir es otro de los principales beneficios percibidos. De una manera sencilla, ágil y segura, los inversores pueden crearse una cartera de inversiones diversificada, invirtiendo en distintos proyectos. De hecho, desde la Bolsa Social insistimos en la importancia de invertir en varios proyectos y diversificar el riesgo.
La visibilidad de las empresas es, posiblemente, uno de los principales rasgos diferenciadores. Una campaña de captación de fondos de este tipo es una buena forma de llegar a numerosos canales y conseguir tráfico de referencia. Las historias de éxito en emprendimiento comienzan a ser noticia, lo que también podría suponer un empuje para conseguir un éxito mayor.
Además, en muchos casos, las plataformas realizan una evaluación previa del proyecto o empresa para reducir riesgos de inversión. En La Bolsa Social nos tomamos muy en serio el filtrado de los proyectos. Analizamos los proyectos a través de nuestro Comité de Selección, con el apoyo de Analistas Financieros Internacionales (AFI), para elegir los mejores proyectos de empresas con impacto social.
Internet nos abre nuevas posibilidades. Es un nuevo mundo. Si quieres probar el crowdfunding y participar del impacto social positivo, ven a La Bolsa Social e invierte en proyectos sociales. A través de nuestra plataforma de equity crowdfundindig, los inversores con valores pueden convertirse en socios de las empresas que, de verdad, cambian el mundo.