Empresas sociales con éxito

En los últimos años, el emprendimiento enfocado a la generación de un impacto social y medioambiental concreto (además de al crecimiento económico) se está constituyendo como una de las áreas más innovadoras. Sin embargo, y pese a que es un término reciente, cuenta con una larga tradición dentro de la economía social. Muchos ejemplos demuestran que emprender a favor del cambio y con una misión social y medioambiental también puede acabar en éxito.

En España, a parte del ya conocido caso de La Fageda, empresa de integración sociolaboral dedicada a la fabricación de yogures en Cataluña desde 1982, hay muchas otras empresas que sirven de ejemplo. Entre ellas, tenemos a la cooperativa Teixidors (1983), también catalana y dedicada a la integración de personas con discapacidad intelectual. La producción de tejidos de primera calidad, orientados en su mayor parte a la exportación, ha sido la apuesta de los últimos años. Un sector que les ha permitido mantener una plantilla de personas con discapacidad (de unos 50 trabajadores) y una facturación de 635.225 € en 2010.

Otro ejemplo nacional es Aquaphytex, una empresa extremeña pionera y líder en Europa en la producción biotecnológica, instalación y mantenimiento de material vegetal. Su impulsor, Pedro Delgado, decidió crear un sistema de depuración natural, sostenible, al alcance de todos (incluso en países en vías de desarrollo) y que, además, quedó entre los finalistas del concurso de Acciones sobre el Agua de la Cumbre de Kioto. Aquaphytex tiene proyectos en España, Bahamas y Mali y está preparando proyectos en Brasil y Kenya, entre otros lugares.

En Europa, uno de los casos de éxito de emprendimiento social es de la empresa danesa Specialsterne. Creada en 2004, su misión es proporcionar a un millón de personas autistas y con enfermedades similares un trabajo productivo, aprovechando las habilidades únicas de estas personas en nichos concretos del mercado. Actualmente, cuenta con licencia de implementación en Dinamarca, Islandia, Escocia, Suiza y España.

La importación y distribución de productos y servicios de comercio justo es el objeto de la empresa francesa Alter Eco, otro de los ejemplos de éxito en Europa. Aunque sus inicios se remontan a 1998, no es hasta 2002 cuando decide dar el salto a través de los circuitos de gran distribución del país, y posteriormente en otros mercados. Hoy en día, es una de las primeras marcas de productos de comercio justo que operan en Francia, ya tiene presencia en unos 30 países, incluido España, y factura más de 15 millones de euros.

Whole Foods, es otro de los casos más sonados a nivel mundial. En 1978, John Mackey y su entonces novia Renee Lawson abrieron su primera tienda de comida vegetariana orgánica en Austin (EEUU). Hoy es de las una cadenas líderes en productos naturales y orgánicos con más de 340 tiendas en EEUU, Canadá y Reino Unido.

La lista de ejemplos de empresas sociales exitosas es infinita. De hecho, muchas de ellas  ni siquiera saben que lo son.  Reconocer el éxito de todas es complicado, por ello, La Fundación Schwab, organización fundada en 1998 con el propósito de promover el emprendimiento social, ha publicado recientemente los 33 emprendedores de 25 empresas que operan en 45 países y que han transformado la vida de 40 millones de personas alrededor del planeta. Sin contar los premios que, tanto a nivel nacional como internacional, permiten elegir a todas aquellas ideas o negocios exitosos (o potencialmente exitosos) considerando una serie de características definidas.

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