“Es importante diferenciar entre productos sostenibles o que toda la organización sea sostenible”

Cuando las energías renovables eran una quimera futurística, en 1986, la banca ética Triodos ya estaba allí asumiendo el riesgo de invertir en un sector que iba a ser necesario para el futuro del planeta. Así es el ADN de esta entidad financiera que tiene muy claro, como explica su director en España, Mikel García-Prieto, que la sostenibilidad no es una careta sino una forma de entender el negocio.

Fundación Ford e Inversión de Impacto | Bolsa Social

El dilema entre rentabilidad financiera y valores éticos está muy presente en todas las organizaciones que buscan producir un impacto social. Algunas de estas organizaciones, incluso, han optado erróneamente por dejar de lado sus objetivos de transformación social, para agarrarse únicamente a inversiones sin riesgo.

Es un camino peligroso para quien tiene entre sus objetivos primigenios solucionar retos sociales y medioambientales.  Un camino en el que partners y financiadores comienzan a sentirse incómodos y abandonando a sus aliados.

Es el caso de la renombrada Fundación Ford, quien hace poco reconocía haberse desviado demasiado de su camino. Para enmendarlo, decidió apostar por los principios de la inversión de impacto, que conjugan la rentabilidad con la búsqueda de soluciones sociales  y medioambientales, como contaba este artículo en el NEW YORK TIMES (publicado el pasado abril) que hemos traducido para este blog: