El G8 y la inversión de impacto

Por José Moncada

Si algo positivo ha tenido la crisis es que nos ha hecho reflexionar. Comenzamos a entender que debemos acabar con la esquizofrenia de tomar decisiones económicas sin reparar en sus implicaciones éticas. Más aun, descubrimos que podemos consumir, emprender o invertir y producir un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente a la vez.

En concreto, en el ámbito de la inversión crece con fuerza el número de inversores de impacto social,  es decir, personas y entidades que, a la par que buscan rentabilidad, quieren producir un impacto social y medioambiental positivo con sus inversiones. Las cifras de crecimiento de este tipo de inversión a nivel global son muy elocuentes.

Conscientes del potencial positivo de este tipo de inversión, en 2014, a iniciativa del Reino Unido los países del G8 emitieron una serie de recomendaciones para impulsar el crecimiento del emprendimiento social y la cultura de la inversión de impacto.